Algunas columnas de La Jornada, de La Crisis, deEl Universal y del Reforma
REFORMA.
Rafael Segovia.
Un silencio revelador.
El silencio va siempre acompañado por el rencor. De ahí una serie de chismes sobre Calderón y los suyos. Puede considerarse una degradación de la política, pero de ésta los políticos son los culpables, o mejor dicho el político, en singular, es el culpable. Se considera y con razón que el político es un hombre público, es el encargado de llevar al público, al pueblo al lugar necesario para él, para el partido o para el gobierno; en cualquier caso debe ser el hombre de la palabra.
No podemos imaginarnos la revolución soviética sin Lenin y sin Trotsky, la inglesa sin Cromwell, ni la francesa sin Mirabeau, como dijo Ortega y Gasset, o sin Robespierre. En México se ha perdido al orador: se piensa en él como en un hombre ridículo, exagerado y teatral. Puede haber de eso. Eduardo Herriot cuenta en sus memorias cómo escucharon en París, durante la guerra civil española, un discurso de La Pasionaria, dicho en español, lengua que ninguno de los presentes hablaba, ni siquiera entendía. Al terminar, nos dice Herriot, todos estaban llorando de emoción.
No serán los panistas de este momento, con Felipe Calderón al frente, quienes logren sacarnos una lágrima. Puede ser que Calderón no tenga ninguna confianza en sus dotes oratorias, ni en las de sus colaboradores, pero hay algo más grave tras su silencio.No hablan porque hablan mal, de manera torpe, llana, sin ingenio ni gracia, eso en primer lugar, porque en segundo no tienen qué decir. Dejan todo a lo imaginación del auditorio.
No pronuncian discursos, recitan adivinanzas. Por ejemplo, la siempre repetida y siempre rechazada política de la mano tendida, de la unidad nacional, de la política del bien común, etcétera. Nadie se lo cree pero siguen insistiendo.Ese gesto verbal de aparente buena voluntad esconde una serie de intenciones que no se quieren manifestar abiertamente. La primera es una condición que no les van a otorgar fácilmente: admitir en público el triunfo electoral del candidato del PAN. Es lo único que éste desea; lo demás, programa, doctrina, partidos, nombramientos, le tiene sin cuidado al candidato. Le resulta periférico, insustancial, sin trascendencia alguna. Si el rival no le concede beligerancia, la afirma sin tener en qué apoyarse.
Si a Calderón se le avisó de su falta de legitimidad, no se atrevió a buscarla ante un público que supuso hostil y peligroso, al que debería dominar de tener confianza en su palabra, en su presencia, en su valor. No se trata de machismo, sino de seguridad, de no presentarse siempre rodeado por el Estado Mayor Presidencial, de entrar por la puerta trasera. El atentado siempre está presente, como el loco o el convencido, incluso la conjuración. Es un riesgo que todo político enfrenta.
Don Jesús Reyes Heroles, quien circulaba por las calles sin nadie que lo cuidara -como mi amigo Manuel Bartlett, siendo secretario de Gobernación-, no basaba su popularidad en eso, pero eso estaba presente en la imagen que ofrecían. Que a López Obrador le cuiden es posible; pero no se ve a los guaruras ni su actuación pública es la de un hombre temeroso.
Así pues, ni discurso ni pueblo, ni explicaciones de ningún tipo, sino sostenerse escondiéndose del público. La televisión no ha querido mostrar ni por un segundo el Zócalo y las calles adyacentes rebosando de gente. Decir que llenan esa plaza con ayuda de la nómina no se le ocurre más que a quienes han recurrido a ella para llenar la sala el día del cumpleaños del jefe.
Decir que la Presidencia no la pueden decidir un grupo de amigos es una estupidez de panista lamentable. No se vio en televisión pero se vio en la prensa. Eso no lo puede evitar no sabemos quién. La prensa es la única garantía informativa que hay en México.Calderón y sus hombres conocen de sobra los problemas informativos de México, y saben cómo revierten en su contra, hasta llevarle a proclamar: soy el Presidente legítimo.
Si leyera de vez en cuando sabría que no se es legítimo porque él lo diga, que lo será cuando lo digan los demás, cuando le crean los otros, cuando la gente se lo crea. Ven las movilizaciones increíbles del Zócalo, que sus amigos buscan desconsiderarlas, se hallan frente a una espontaneidad que los pone enfermos de rabia y de impotencia.
Deben refugiarse en un desdén patológico contra el pueblo, contra esas personas semianalfabetas, mal vestidas, de dicción torpe y de conocimientos escasos que forman precisamente eso, el pueblo. Pero es un pueblo limpio de mente y de cuerpo, que para ir limpio debe hacer esfuerzos inauditos, como los hace para instruir a sus hijos. La expresión política popular es pobre y con frecuencia confusa, lo que no le quita una verdad profunda, que se pretende ignorar primero y anular acto seguido.
Basta con seguir las informaciones de prensa con cierta atención para advertir el tipo de modelo de sistema político deseado por el PAN, que varía muy poco del existente durante décadas y que mantuvo una paz social fundada en la injusticia también social. El juego político quedó encerrado en la clase política, donde surgían y se resolvían los problemas al mismo tiempo. Las clases llamadas populares estaban excluidas del juego político.
Su subida acelerada a un primer plano tomó desprevenido al PRI pero también al PAN. La reacción apresurada y nula de estos dos partidos se advierte en los silencios de Felipe Calderón: no tiene qué decir. Romper su soledad lo ha intentado al buscar una alianza con el PRI, con los hombres y mujeres no siempre presentables y que con su vulgaridad y falta de honestidad ensucian las blancas manos de los panistas. Tener el valor de ensuciarse ya sería mucho.
REFORMA
Miguel Ángel Granados Chapa.
Setenta días oaxaqueños.
Para evitar perder una elección en que se prevén derrotadas, las fuerzas del PAN, el PRI y el gobierno federal que ahora sostienen a Ulises Ruiz estarían dispuestas a dejarlo caer después del 1o. de diciembre, y nombrar un gobernador sustituto que termine su periodo.
Como si no hubieran transcurrido ya cuatro largos meses de conflicto en Oaxaca, se está abriendo paso una solución benévola -es decir, que no apele al uso de la fuerza pública- que consiste en esperar al 1o. de diciembre. Entonces se cumplirán dos años de permanencia del gobernador Ulises Ruiz en su cargo. Si 24 horas después presenta su renuncia, no habrá necesidad de llamar a elecciones, pues el gobernador sustituto que al efecto sea nombrado completará el periodo que termina el 30 de noviembre de 2010.
Es un exceso de optimismo suponer que la tensa situación oaxaqueña puede extenderse dos meses y 10 días más sin que reviente. Y sin embargo a eso están jugando notoriamente las fracciones parlamentarias dominantes y acaso también el gobierno federal.
Anteayer se rompió el diálogo que habían venido sosteniendo en la Secretaría de Gobernación, directamente con Carlos Abascal, los delegados de la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca y de la sección 22 del sindicato magisterial. Así debe interpretarse que, a diferencia de las seis sesiones anteriores, ésta concluyera sin cita para un nuevo encuentro. La reunión del miércoles fue más breve que todas las anteriores, pues la delegación oaxaqueña insistió en que Ulises Ruiz debe irse, como requisito para aflojar la tensión. Por eso rehusaron establecer fecha para iniciar el curso escolar que sufre ya demora de un mes (de modo semejante a la tardanza, y apresuramiento, con que terminó el ciclo anterior). Quedó en suspenso también la devolución de vehículos oficiales que a lo largo de esos meses han sido retenidos por los opositores del gobernador.
Tanto en el Senado como en San Lázaro, los grupos legislativos del PAN y el PRI se opusieron a constituir comisiones especiales, integradas por miembros de todas las bancadas, que acudan a Oaxaca a evaluar in situ las condiciones en que ha vivido una amplia porción de la sociedad oaxaqueña a partir del 22 de mayo, en que el magisterio suspendió labores y sus efectivos se establecieron en una amplia superficie del centro histórico.
Admitir esas comisiones hubiera disminuido en el Senado la presión por dar a Ruiz espaldarazo semejante al que le ofreció, con su propia firma incluida, la Conferencia Nacional de Gobernadores.En agosto la comisión senatorial de gobernación de la LIX Legislatura redactó un dictamen que desecha la solicitud de ciudadanos oaxaqueños para que el Senado declarara que han desaparecido los poderes en esa entidad y nombrara un gobernador provisional. Como someterlo al pleno, y aprobarlo, aceleraría la inconformidad popular, también se ha dejado para después su aprobación, y se espera a redactar otro, una vez que, constituidas las comisiones, comiencen a funcionar.
Si el conflicto en Oaxaca hubiera entrado en un prolongado paréntesis, en una tensa calma a la que suelen apostar autoridades impugnadas en espera de que se desgaste, la indolencia pragmática del Poder Legislativo y la administración tendría si no justificación alguna explicación. Pero no pasa día sin que nuevos factores empeoren la situación. Ayer se inició una marcha de asambleístas a la Ciudad de México, para explicar y diseminar la inconformidad. El lunes un grupo de reporteros fue amenazado, pistola en mano, por brigadistas de la APPO con el rostro cubierto, contra las normas de esa asamblea popular. Con varias estaciones de radio, públicas y privadas, en manos de los movilizados desde hace semanas, los roces entre un sector de los medios y los asambleístas pueden derivar en un choque o algo más.
Aunque anteriores anuncios, o barruntos, de una llegada inminente de la fuerza pública federal (Policía Federal Preventiva y aun militares) fueron sólo rumores (y neutralizaron la sensibilidad pública como en la fábula de Pedro y el lobo), esos temores -o esperanzas, pues segmentos de la sociedad oaxaqueña la reclaman- se actualizaron esta semana después de un pedido formal del Congreso (que sesiona a salto de mata, arrojado de su sede por los asambleístas) para que intervenga el gobierno federal.
Legisladores locales del PRI y del PAN entregaron el lunes en Los Pinos una solicitud de auxilio a la Federación ante la situación "de trastorno interior" que se vive en esa entidad, lo que es el supuesto para el envío de fuerzas federales como lo demandó explícitamente, de viva voz, el priista Bulmaro Rito Salinas, presidente de la Gran Comisión de la Cámara local de diputados.Un grupo de organizaciones civiles, diversas de las que integran la APPO, expresó al día siguiente su oposición a esa medida, que según sus informes implicaría la intervención de la AFI (Agencia Federal de Investigación) a través de una operación llamada Global 5.
En sentido contrario a lo afirmado por el vocero presidencial Rubén Aguilar, esa información en concreto y la petición de los legisladores locales no se abordaron en la reunión del miércoles pasado.El gobierno federal y sus legisladores apoyan a Ruiz no sólo porque así lo impone el compromiso de colaboración que virtualmente han suscrito con el PRI, sino porque la caída de un gobernante local mostraría la ruta para peticiones semejantes en el orden federal.
Esos intereses comunes, por lo demás, se oponen con ardor a que haya elección después de un interinato, porque lo probable es que la ganaran los partidos que formaron la coalición Por el Bien de Todos y ahora integran el Frente Amplio Progresista. No entusiasma que esa fuerza debute con una victoria.
Cajón de Sastre.
Simultáneamente aparecen dos publicaciones conmemorativas del "golpe a Excélsior", como se conoce en los anales del periodismo contemporáneo la expulsión de Julio Scherer dictada por el autoritarismo del presidente Echeverría, y de la fundación del semanario Proceso, con que el grupo de periodistas echados de aquel periódico respondió a la agresión gubernamental disfrazada de conflicto interno.
Ambos hechos cumplen 30 años, pues ocurrieron el 8 de julio de 1976 el primero, y el 6 de noviembre el segundo. Editorial Planeta lanza una edición especial -con la que suman 15 en total- de la novela de Vicente Leñero, Los periodistas, con presentación de Julio Scherer García y prólogo de Carmen Aristegui, quien dice que las páginas de Leñero han sido "leídas y releídas por generaciones enteras que no han estado dispuestas a perder ese tramo de memoria".
A su vez, Proceso puso a circular un número especial, de 272 páginas, con vigencia de octubre a diciembre, en cuya carátula aparece un enorme número 30 repleto de portadas del semanario.
Correo electrónico: miguelangel@granadoschapa.com
Estrictamente personal
Raymundo Riva Palacio
22 de septiembre de 2006
Felipito
Felipe Calderón está teniendo serios problemas para encontrar el camino hacia la silla presidencial. Y se le está haciendo tarde
Para ser presidente, también hay que parecerlo. Cuando ni se parece, ni se actúa como un hombre a cargo de su destino, aun en el periodo de presidente electo, lo que resulta de ese potaje es un Felipe Calderón. En este momento de crisis política y un largo horizonte de conflicto, quien se supone dirigirá el destino nacional hasta el 2012, no parece encontrarse en su plenitud. No muestra empuje, ni garra, ni imaginación, y menos aún el músculo de un equipo que lo arrope. ¿Podrá gobernar?
Definitivamente, si no hay un cambio radical, corre el riesgo de llegar a la Presidencia con una debilidad por cuanto a poder que no se comparará siquiera con aquella, por la sombra de fraude, que persiguió a Carlos Salinas durante el arranque de su Presidencia. Esta semana, que se comenzó a reunir con el gabinete político y de seguridad del país, su equipo cercano reforzó sus intentos por establecer puentes políticos con la oposición. El resultado fue patético. En las dos últimas semanas le ha llovido a Calderón desde adentro, con un intento de sometimiento por parte del presidente Vicente Fox, y desde afuera, donde a quienes responsabilizó de los enlaces políticos sencillamente naufragaron.
La responsable de establecer la negociación política con la oposición, Josefina Vázquez Mota, ha llegado a tales niveles de descrédito, que varios líderes de la oposición, cuando les avisan que les va a hablar por teléfono, apagan sus aparatos. No tienen intención de hablar con ella, a quien consideran una frívola y carente de capacidad real de negociación.
A quien perfila Calderón como su jefe de gabinete en Los Pinos, Juan Camilo Mouriño, le han tomado la medida.
En fechas recientes, un priísta se presentó en las oficinas de Calderón y le dijo al joven Mouriño que iba en nombre de Roberto Madrazo para establecer acuerdos políticos. Lo llevó con el Presidente electo, quien descubrió que David Penchyna, el visitante, no tenía ese mandato. Sin importarle el traspié, llegó otro priísta para decirle que era él, y no María de los Ángeles Moreno o Beatriz Paredes, quien controlaba al partido en el Distrito Federal, ofreciéndole sus buenos oficios para neutralizar al PRD. Mouriño lo llevó con Calderón, quien recibió a este priísta durante una hora, descubriendo que Mauricio Cortés, como se llama el coordinador de la bancada del PRI en la Asamblea de Representantes, en realidad recibe órdenes de Moreno y Paredes.
Mouriño, de enorme confianza de Calderón, no tiene ni el oficio ni conoce a la clase política mexicana. No es el único. Uno de los principales enlaces de Calderón en el Congreso, el ex diputado de Baja California, Cuauhtémoc Cardona, ya fue víctima de sorna. Hace unos días se presentó con uno de los dirigentes del PRI y se suscitó el siguiente diálogo:
-Hola, ¿cómo estás?
-Mmmm. Bien, ¿y tú?
-Bien, gracias. ¿Qué hay de nuevo?
-Mmmm.
-Qué bueno que nos conocemos, yo soy el enlace de Felipe Calderón con el Congreso.
-¿Sí?
Ahí quedó. Llegó a ninguna parte ese diálogo. El priísta diría después: "Si yo hubiera hecho menos en alguna etapa de mi vida, ahí se hubiera acabado mi carrera política". No es el caso de los calderonistas, quienes han continuado intentando establecer el cabildeo.
-¿Cómo verían que Felipe se llevara la relación con las cámaras a Los Pinos? -preguntó otro enlace legislativo.
-Muy mal.
-¿Por qué lo ven así?
-Una regla básica de la política es que si vas a tener una relación conflictiva, lo que más conviene es alejarla del Presidente.
-¿Va a haber conflicto con el Congreso?
-¿Pues qué no se han dado cuenta?
No se han dado cuenta, ciertamente. El diálogo político no ha podido iniciarse por la falta de talento de los operadores de Calderón. A Vázquez Mota la irrespetan y a quien se perfila como secretario de Gobernación, Francisco Javier Ramírez Acuña, gobernador de Jalisco, le tienen una profunda desconfianza por sus relaciones con la extrema derecha, política y religiosa. "No saben qué hacer", confió un dirigente partidista. "Están hechos bolas".
-¿Cómo verían en el PRI a Genaro Borrego en el nuevo gabinete? -preguntó un enviado calderonista.
-Nos da igual.
-Pero cómo. ¿No tienen opinión al respecto?
-Nosotros no vamos ni a opinar ni a vetar sobre lo que quiera hacer Felipe Calderón en su gabinete.
-¿Pero no sería un enlace con los priístas?
-Dudo que algún priísta se quiera sentar con Genaro Borrego.
- ..
La ingenuidad en el equipo calderonista no tiene límites. Uno de los enviados del Presidente electo trató de iniciar un diálogo político, pero fue recibido con una acusación directa de que ellos habían promovido la difusión de las grabaciones del líder de la bancada priísta en la Cámara de Diputados, Emilio Gamboa, con el textilero y sospechoso de pederastia Kamel Nacif. "Eso no es cierto", respondió. "Ustedes saben que no fuimos nosotros". Es más, les habían confiado previamente los panistas, Gamboa "es el más receptivo de todos los priístas a nuestras iniciativas".
Calderón enfrenta, además, la hostilidad del presidente Fox. La semana pasada, les informaron que esta, la Suprema Corte de Justicia resolvería a favor del gobernador Mario Marín en el caso de la escritora y activista Lydia Cacho, que se combinaba con la reunión amable de Calderón con la dirigencia del PRI. A la mañana siguiente vinieron las grabaciones de Gamboa y Nacif.
Poco después, el secretario de Gobernación Carlos Abascal les aseguró que esta semana, si lo pedían, la Policía Federal Preventiva entraría a Oaxaca. Pero resultó todo lo contrario. Abascal dijo que esa era una decisión de Fox, y el Presidente, en Nueva York, dijo que no usaría la fuerza. Mouriño suplicaba: que limpie el gobierno de Oaxaca antes de que entremos. Qué tierno. De buenas intenciones, que lo recuerde Felipe Calderón, también está lleno el infierno.
rriva@eluniversal.com.mx
r_rivapalacio@yahoo.com
Pulso Político
Francisco Cárdenas Cruz
22 de septiembre de 2006
Oaxaca: doble lenguaje gubernamental
Hablan de "diálogo" y preparan operativo
Fuentes confiables revelaron que el conflicto social de Oaxaca, que desde hace casi cuatro meses mantiene a ese estado en la ingobernabilidad, no será resuelto a través del diálogo y la negociación como de manera reiterada se ofrece, sino de un operativo policiacomilitar que, según estiman en algunos niveles, representaría "una clara demostración de fuerza", de cara al 1 de diciembre, fecha en que los lopezobradoristas amenazan con impedir que el panista Felipe Calderón tome posesión como presidente de la República, acción que confirmaría el doble lenguaje gubernamental, que ha sido uno de los signos de este sexenio.
De acuerdo con ese reporte, elementos de la Policía Federal Preventiva, con el auxilio de otras corporaciones están listos para entrar a la capital oaxaqueña después de que miembros de la sección 22 del magisterio nacional y de las organizaciones que conforman la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca, trasladaron el conflicto a la ciudad de México e iniciaron un plantón frente a la Cámara de Senadores a la que la Secretaría de Gobernación le endosó la eventual solución al conflicto, el que podría agravarse en las próximas horas y días si en vez de diálogo y negociación, como se asegura para resolverlo, se opta por el camino de la violencia por la repercusión nacional que tendría.
Los varios encuentros entre representantes de Gobernación y de la APPO en el palacio de Covián están convertidos en diálogo de sordos y han resultado estériles ante la única demanda que éstos plantean y que es la de que el gobernador priísta, Ulises Ruiz, que de hecho ha dejado de serlo desde hace meses, sea removido. A ello se sigue oponiendo el titular de esa dependencia, Carlos Abascal, quien propuso que sea el Senado, al que constitucionalmente le corresponde, el que integre una comisión plural que evalúe la situación prevaleciente en Oaxaca y declare la desaparición de poderes en ese estado, los cuales de hecho, como ya se ha señalado, desaparecieron tiempo atrás. Esa propuesta fue desechada en la sede senatorial por panistas y priístas, convencidos como unos y otros están de lo que es sabido y que por lo visto se ha convertido en obsesión: que si el mandatario oaxaqueño se va hoy, el presidente Calderón podría irse mañana, en caso de darse un conflicto social.
Ante ese enredo y de acuerdo con la revelación que consignamos al inicio de esta columna, en los altos niveles de mando del país -en los que se sigue hablando de diálogo y negociación como una supuesta salida al caso Oaxaca- preparan un operativo policiaco-militar con el que creen que se "resolvería" el problema, enviarían "un mensaje" a quienes insisten en que impedirán que Calderón asuma el cargo, sin advertir que una acción de violencia como está hoy la situación en ese estado, podría ser la chispa que no pocos esperan que salte.
De esto y de aquello...
Emilio Gamboa y Héctor Larios, coordinadores de los grupos parlamentarios del PRI y del PAN siguen yendo de la mano en San Lázaro, ahora al reconocer por qué Ulises Ruiz debe mantenerse como gobernador de Oaxaca e insistir en que el conflicto debe resolverse a través del diálogo y la negociación. "Si empezamos con Oaxaca, el día de mañana cualquiera puede caer con una presión social", dijo el priísta, en tanto que su colega blanquiazul considera que "no cambia en nada la situación si está o no está el gobernador". Lo que uno y otro ignoran es lo que se está preparando en el gobierno federal para "resolver" la situación que priva en ese estado, con la razón de la fuerza y no la fuerza de la razón. Por cierto que Larios respondió con un "definitivamente no", cuando los reporteros le preguntaron si le gustaría ver a Elba Esther Gordillo en el gabinete de Felipe Calderón, "porque no sería un buen mensaje para la sociedad". Como bomba cayó en Los Pinos el comentario que la lideresa magisterial hizo en Montevideo, Uruguay, de que el presidente Fox "postergó la agenda social y nunca tuvo gabinete ni equipo". En el segundo acto de transición gubernamental en Los Pinos, en donde ayer se volvieron a encontrar el presidente Vicente Fox y quien será su sucesor, Felipe Calderón, se perfilaron los que estarán más cerca de éste, como lo están de tiempo atrás, y que a partir del 1 de diciembre serán entre sus más cercanos colaboradores. Entre ellos Juan Camilo Mouriño en la conducción, por ahora, de las tareas de la Oficina de Innovación Gubernamental que ha ocupado el flamante senador panista Ramón Muñoz; César Nava, que ya es su secretario particular, y Max Cortázar en las de Comunicación Social. Otros que también figurarán en el círculo cercano serán Josefina Vázquez Mota, desde luego; los ex diputados federales Germán Martínez y Juan Molinar; Ernesto Cordero y Javier Lozano Alarcón. Agustín Carstens, Luis Téllez Kuenzler, Alfonso García Tamez y Santiago Levy, en ese orden, figuran en la lista de prospectos a ocupar la titularidad en la Secretaría de Hacienda el próximo sexenio. El primero fue subsecretario de Hacienda y hoy es subdirector-gerente del Fondo Monetario Internacional; el segundo fue secretario de Energía en el sexenio zedillista; el tercero relevó a Carstens como subsecretario del ramo en esa dependencia y el cuarto, fue director general del IMSS. Llama la atención que Levy haya sido invitado a la Reunión Anual del FMI y del Banco Mundial en Singapur, en la que ha estado junto con Carstens y José Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Ante los ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales de los países miembros, Levy sostuvo que para lograr un combate efectivo a la pobreza, además de mantener los equilibrios macroeconómicos, se requiere una política económica con un contenido social y no sólo retórico. Reconocimiento internacional al Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica, de la Alliance Save Energy, institución no gubernamental de Estados Unidos, por sus programas de ahorro y uso eficiente de la electricidad. Pablo Realpozo del Castillo, director general del FIDE, recibió en Washington el galardón International Star of Energy Efficient Award.
Menos mal
Escrito por Samuel Schmidt
22-09-2006
Vi la fotografía de la familia de Calderón en los festejos de su coronación y note que sus hijos son menores, menos mal, eso nos ahorrará los escándalos y atropellos que estilan los vástagos de los presidentes de los que tenemos una larga historia que al parecer no termina ni cuando un partido político reemplaza a otro en el poder. Ahí están los exabruptos de la hija de Fox y los abusos de su hijo e hijastros que han salido del poder forrados y huyendo, los Bribiesca ya anunciaron que se van del país. Dicen que el que nada debe nada teme, ¿será?
Leí la lista de los políticos que se fueron a la cargada a felicitar a Calderón y note que son viejos priístas que fueron alejados del poder por la llegada de Fox y que al parecer podrían regresar debido a un posible compromiso con el grupo Zedillo pensado para ganar las elecciones, menos mal, ellos si que conocen a Estados Unidos y podrán asegurar que los intereses de ambos países se mantengan a buen recaudo, aunque los mexicanos sigan subordinados y Estados Unidos haga del país un trapeador, en parte gracias a Zedillo.
Leí con asombro el dictamen del tribunal electoral que no obstante reconocer las violaciones presidenciales, de la iglesia, del Instituto Federal Electoral y de un grupo de empresarios, a los magistrados no les parece que tuvieron un impacto suficiente en las elecciones. Por razones menos drásticas se anularon otras elecciones -fue el caso de la elección de presidente de Ciudad Juárez- pero para esta elección donde tal vez el cañonazo fue superior la irregularidad no tuvo mayor consecuencia, menos mal, imagínese usted el susto que nos llevaríamos si de golpe y porrazo terminara la impunidad, el abuso, el pisoteo a la ley y otras linduras que maneja la elite política mexicana.
Noto en la bandera con la que Calderón celebró su triunfo que esta ha sido alterada con una leyenda, menos mal, malo fuera que estos políticos dejaran de utilizar los símbolos patrios para su conveniencia en lugar de aceptar que estos tienen una lectura simbólica igual para todos, pero tampoco se trata de que de repente vaya a haber igualdad en este país.
Puse mucha atención a una de las entrevistas de Calderón a los medios y me llamó la atención que en ningún momento, ni siquiera a pregunta expresa, hiciera un llamado o invitación directa a López Obrador para que se sienten a negociar tal y como sucedería en una democracia que se precie de serlo, menos mal, no fuera que el encono dejara de marcar las amplias distancias entre políticos en un país donde la elite se pelea el derecho y la oportunidad de explotar los privilegios.
Leo con interés que la Convención democrática convocada por López Obrador incluye cinco puntos que discutirá un millón de mexicanos al aire libre -give me a break-: igualdad social y erradicación de la pobreza, combate a la corrupción y a la impunidad, defensa del patrimonio nacional y los recursos naturales, la garantía del derecho a la información y la renovación de las instituciones públicas, pero al muy puro estilo mexicano en realidad son siete, los otros dos son desconocimiento de FECAL y ungimiento presidencial de AMLO. Menos mal que no nos dicen las cosas completas, no vaya a ser que tarde o temprano alguien empiece a hablar con la verdad y nos traume por lo inesperado de un acto subversivo de esa magnitud.
Recibo una buena cantidad de mensajes de panistas embozados que agraden a López Obrador con dos constantes: siempre insultan y escriben con faltas de ortografía. Menos mal, no vaya a ser que también quieran negar que la escolaridad promedio del país es de escasos 6 años, que su presidente Fox hizo todo lo posible por derrumbar al sistema educativo mientras que solapaba grandes desfalcos como el negocio hecho con Enciclomedia, y que de repente nos salgan con que están dispuestos al debate. Caigo en la cuenta que la guerra sucia no es otra cosa mas que la ausencia de argumentos y cuando las ideas se desvanecen solamente pueden dar lugar a la injuria. Parafraseando a Cioran, no solamente se atreven a asesinar al lenguaje sino también a la ideología. Por eso no es de sorprender que contraten a los mercenarios de las campañas cuya función es ensuciar procesos electorales para sacar ganancia. Y menos mal que así suceda, no vaya a ser que de repente nos quieran cambiar las señales para sugerir que van a revalorar la política subiéndola de nivel. ¿Que harán sus cuadros políticos profesionalizados en el fraude y el engaño?
No podemos tenerlas todas con nosotros pero por el amor del dios de su elección (Kinky Friedman dixit) no nos espanten haciéndonos creer que ya han cambiado, no ahora que nos hemos acostumbrado a políticos pobres y un país hundido.
Luis Javier Garrido
La convención
El momento de definiciones ha llegado al país tras la reunión de la convención nacional democrática que declaró legítimo presidente de México a Andrés Manuel López Obrador y acordó una intensificación de las acciones de resistencia civil decididas por el movimiento en defensa de la democracia al que él convocara.
1. La convención nacional democrática que se reunió en la Plaza de la Constitución de la ciudad de México el sábado 16 de septiembre a iniciativa de López Obrador, con el respaldo de un millón 25 mil 724 delegados decididos a oponerse, por todos los medios pacíficos a su alcance, al fraude electoral en las elecciones presidenciales y a la imposición de Felipe Calderón como presidente espurio, es un acontecimiento único en la historia cívica de América Latina.
2. Vicente Fox, que creía, con un profundo desprecio por los mexicanos, que podría impunemente imponer a su sucesor con un burdo fraude, lo único que logró a fin de cuentas es echar por la borda los limitados avances democráticos que se habían alcanzado en el país y ganarse a pulso un papel histórico como delincuente electoral y traidor a México y a la democracia.
3. El escenario de conflicto social al que llevaron al país Salinas y Fox y todos aquellos cómplices suyos, incluyendo los jerarcas y locutores de Televisa y Tv Azteca, con la imposición del modelo neoliberal y el saqueo sin límites de la nación, y que se empeñaron en impedir a toda costa la llegada de López Obrador a Palacio Nacional, se está traduciendo no nada más en una gravísima crisis política sino en un obstáculo mayor para sus propios intereses. El acuerdo fundamental de la convención de rechazar la usurpación y la República simulada y reconocer como legítimo presidente de México a Andrés Manuel López Obrador, quien ganó las elecciones del 2 de julio, abre un escenario inédito en México y crea las condiciones para una transformación radical de las instituciones.
4. En otros momentos de la historia mexicana hubo ya dos presidentes coexistiendo en el territorio nacional, el conservador Miguel Miramón y el liberal Benito Juárez durante la Guerra de Reforma o de Tres Años (1858-1861), o Venustiano Carranza y los presidentes surgidos de la Convención de Aguascalientes (1914-1916), y en algún momento hubo en el siglo XIX hasta tres presidentes, pero en estos inicios del siglo XXI, y ante el desastre económico, la crisis política actual evidencia el fracaso absoluto del grupo panista y priísta en el poder y de su México imaginario.
5. La crisis política originada por el fracaso de los programas económicos del gobierno se ha agravado tras el fraude por la existencia de dos presidentes de la República -uno legítimo y otro sostenido por la oligarquía-, por la subsistencia de un sistema político cuyas instituciones se hallan en plena descomposición, por el desplome de la tesis de que México era ya una "democracia" y tenía un régimen de derecho, por el descrédito absoluto del poder y de los medios de comunicación masivos, y en especial de la televisión, ante la convicción generalizada de que miente de manera sistemática, por la polarización social consecuencia del desastre económico y por una movilización social sin precedentes, que está repudiando y repudiará a un gobierno espurio en todos sus actos.
6. En la hipótesis de que pudiera instalarse un supuesto gobierno "de Calderón", éste sería, desde cualquier punto de vista que se le mire, un gobierno inviable. En término de los intereses nacionales, lo sería por la inviabilidad del proyecto ultraderechista y antinacional que pretende imponer y por la ineptitud de Calderón y del grupo de extremistas de derecha que lo rodea, pues ya se están viendo las contradicciones de intereses de las mafias y grupos que instrumentaron el fraude, y que se están disputando el botín que para ellos representa el gobierno, un seudogobierno que lo único que lograría sería hacer crecer la inconformidad social. Pero lo sería también incluso en función de los oscuros intereses privados y de grupo, tanto nacionales como extranjeros, para los que fue impuesto, puesto que por vez primera en la historia reciente de México habría una verdadera oposición.
7. La oposición representada por los partidos y las organizaciones sociales había estado hasta ahora limitada por las políticas de manipulación del gobierno, que había logrado subordinar a los primeros a una política de componendas y prebendas y aislar a las segundas, y el surgimiento de un gobierno de la convención cambia las cosas. Aparece en el escenario político nacional una instancia que va a intentar hacer inviables las políticas tradicionales que han caracterizado a los últimos cuatro gobiernos, los que a cambio de entregar ilegalmente a grupos privados los recursos naturales estratégicos y cancelar los derechos sociales del pueblo, y en especial los de la clase trabajadora, habían gozado de una permisibilidad absoluta para ejercer el poder y desarrollar todo tipo de prácticas de corrupción.
8. El objetivo central de la imposición de Calderón era que los grupos que se han apoderado del aparato estatal para beneficio propio, de sus aliados y de los intereses que representan, pudieran tener, con un gobernante dócil como él, la vía libre para seguir violentando la Constitución, imponiendo los programas y medidas neoliberales exigidos por las trasnacionales y por Washington, estableciendo un control casi absoluto sobre las áreas estratégicas del país, desmantelando la nación y cancelando una serie de derechos sociales fundamentales, y el surgimiento de la convención como una instancia que a la vez que va a gobernar a través de un presidente legítimo y a luchar por una renovación de las instituciones, oponiéndose a ultranza a todas esas acciones, situaría a Calderón en una situación difícil en extremo, de insistir en asumir la Presidencia espuria.
9. El gobierno ilegítimo de Calderón tendría además, como se sabe, como objetivo primordial la realización de grandes negocios por parte de parientes, amigos y cómplices: los seudoempresarios o traficantes de influencias, tanto nacionales como extranjeros, que le financiaron la campaña, desde Diego Hildebrando Zavala hasta los panistas marginados por Fox y todo tipo de empresarios estadunidenses, que han desarrollado la teoría de la sinergia entre gobierno y "empresarios". Y esto sería imposible con el marcaje personal que le haría la nueva oposición a estos pillos del calderonismo, que ven el gobierno no como una instancia para servir sino como un botín.
10. El escenario social y político actual es inédito y requería por lo mismo de una respuesta también inédita que la convención está empezando a darle. Al proponerse como objetivo inmediato impedir que Calderón, el espurio, llegue a la silla presidencial, las primeras movilizaciones de la misma están sentando las bases para un México que sea realmente republicano y democrático.
Jorge Camil
PRD: vasos comunicantes
La semana pasada, en medio de la tormenta electoral que nos ha consumido desde el 2 de julio, comenzó a brillar la proverbial luz al final del túnel. Una luz lejana, temblorosa, no bien definida, pero que podría llevarnos a puerto seguro, y que yo interpreté como un soplo de aire fresco en medio de la sofocante turbulencia social; una luz que ofrece soluciones sin el deber de claudicar, sin negociar, sin bajar la guardia; sin aceptar de brazos caídos a un presidente marcado por la sospecha y condenado a gobernar bajo la sombra del fraude electoral; un presidente que como Carlos Salinas de Gortari estará obligado a ganar la Presidencia desde la Presidencia.
Sólo que Calderón no es Salinas, ni el PAN es el PRI de entonces, ni México la República conformista de 1988. Hoy vivimos en un país dividido, donde los pobres, una creciente mayoría, se acercaron a unos cuantos centímetros de la victoria pero quedaron más cerca que nunca del abismo. Es posible que víctima de mis buenos deseos haya escuchado lo que no se dijo. Pero en una breve entrevista televisiva con Víctor Trujillo, Carlos Navarrete, líder perredista en el Senado, esbozó con claridad de miras y el lenguaje seguro del que sabe lo que quiere, una estrategia que pudiera estar cocinándose en el cuarto de guerra del PRD. Con tono firme, sin ambages, y con un discurso coherente y democrático, el nuevo senador dibujó la estrategia del PRD; un PRD moderno, realista, y fortalecido por 20 años de lucha contra el sistema. Primero Salinas y luego Fox (que los vio y los oyó, pero que los obligó a caminar por un campo minado durante todo el sexenio). Un PRD con un acervo político que incluye un puñado de gobernadores, la segunda fuerza del Congreso y un enorme apoyo popular.
La nueva estrategia pudo haberse iniciado con la toma de posesión de las curules ganadas el 2 de julio (en medio de especulaciones que apostaban a debilitar al partido insinuando que los perredistas deberían renunciar a sus puestos en apoyo del movimiento popular). Se doraba la píldora con la presidencia interina y otros espejismos. Sin un Congreso constituido -decían- no se emitiría el bando solemne ni ocurriría la toma de posesión el primero de diciembre. En medio de estas visiones apocalípticas, Navarrete anunció que el PRD había decidido capitalizar su triunfo electoral y consolidarse como partido que apoya el movimiento popular de López Obrador, pero que al mismo tiempo comprende la importancia de negociar con las demás fuerzas políticas que forman nuestra realidad social (¡real politik!).
La idea es modificar el gobierno desde la oposición utilizando una pinza cuyos férreos extremos serían la fracción perredista en el Congreso y el movimiento social. Una especie de vasos comunicantes por los que correría el vital líquido de la democracia. Una democracia instantánea, diría yo, en la que pueblo y legisladores estarían comunicados "en línea", como dicen los cibernéticos, y en la cual los legisladores perredistas recibirían instrucciones directas de sus constituyentes; una democracia como en el ágora griega, en la que también habría rendición de cuentas inmediata. El movimiento social sería la fuerza, y la fracción perredista el brazo ejecutor que buscaría las reformas constitucionales que necesita el país.
Sin quitar el dedo del renglón, y reconociendo la enorme importancia de la movilización social dirigida por Andrés Manuel López Obrador, Navarrete enfatizó la necesidad de cumplir las promesas de campaña a los 14 millones de votantes que escogieron la opción del PRD. ¡No hay tiempo que perder! No podemos darnos el lujo de esperar otros seis años para terminar con la cantilena de siempre: "¡Otro sexenio perdido!" La estrategia se fortalece hoy con las decisiones de la convención nacional democrática, que incluye un gobierno itinerante para mantener y alentar la esperanza popular, y un gabinete paralelo para acotar (¿tal vez acosar?) a Calderón, obligándolo a que incluya en su agenda globalizadora la causa de los pobres. Un verdadero shadow cabinet que corrija, presione, señale errores y faltas de consistencia; que vigile que las tibias propuestas ofrecidas por Felipe Calderón en el contexto del conflicto poselectoral se conviertan en realidades.
Y luego vino la increíble Amalia García Medina, gobernadora perredista de Zacatecas, a enmendarle la plana a un presidente electo que perdió el piso en la Plaza de Toros México y en medio de la tempestad insistió en polarizar más a la sociedad mexicana con su retórica pusilánime al estilo de George W. Bush; una visión maniquea que clasifica y divide al país en "buenos y malos", "pacíficos y violentos". ¡Bravo, Amalia! ¡Qué mujer!
Carlos Navarrete terminó su entrevista con una advertencia ominosa: si llegamos al mes de agosto de 2007 sin haber realizado todas las reformas constitucionales requeridas se habrá perdido nuevamente, tal vez para siempre, el momento político. Así que, señores legisladores, ¡carpe diem! A aprovechar el momento histórico y el triunfo electoral. Y más importante aún, a no defraudar la esperanza popular.
Gilberto López y Rivas
Los retos de la CND
La convención nacional democrática (CND) es la respuesta política y pacífica al golpe de Estado electoral que pretende imponer a Felipe Calderón como presidente de México. Su realización, con más de un millón de delegados de todos los estados de la República, constituye un acontecimiento que no es posible ignorar o minimizar. El rechazo a una presidencia espuria y el reconocimiento de una legítima tienen significados de corto y largo alcance que indudablemente inciden en la lucha del pueblo mexicano por la reconstitución de la nación a partir de un proyecto democrático-popular.
Es necesario caracterizar la composición de la CND ya que no obstante ser una iniciativa de AMLO -aceptada renuentemente por los partidos de la coalición Por el Bien de Todos (ahora Frente Amplio Progresista)-, sería un error identificarla o reducirla a estos referentes. Como en la lucha contra el desafuero, en la CND, además de los militantes del PRD confluyen ciudadanos sin partido, demócratas, nacionalistas, organizaciones gremiales, diversos colectivos de excluidos por el neoliberalismo, así como grupos de izquierda no institucionalizada que han resuelto integrarse a este proyecto. Indudablemente la componente ciudadana y de la sociedad civil sería la más significativa de todos, dada la naturaleza de la lucha electoral que origina la CND, aunque la resistencia cívica esté derivando hacia reivindicaciones de mayor rango en los campos económicos, sociales y políticos que proponen incluso el establecimiento de un nuevo poder constituyente y la fundación de una nueva República.
Los retos de la CND son múltiples y de gran envergadura. Organizar una asamblea deliberativa de cientos de miles de personas en formas territoriales y sectoriales autónomas que den cauce a una democracia participativa, toma de decisiones y cumplimiento del plan de acción, es tal vez uno de los principales desafíos. De otra manera, el movimiento puede irse diluyendo en la cotidianidad, enemiga formidable de cualquier proyecto alternativo. El poder establecido y las fuerzas de la derecha apuestan precisamente a este desgaste "natural" que se aprecia en las disidencias.
Como todo proceso social, la convención tiene en su seno fuerzas centrífugas y centrípetas que actuarán de acuerdo con intereses generales o particulares -dependiendo de coyunturas y estrategias del poder- que podrían debilitar o fortalecer el movimiento. La contraparte partidista de la convención, particularmente el Partido de la Revolución Democrática, ha dado pruebas en los años anteriores de violentar sus principios fundacionales, programáticos y estatutarios, como en los casos de la contrarreforma indígena, la ley de medios, el apoyo de gobernadores del PRD al repudiado Ulises Ruiz. El propio AMLO ha advertido sobre el peligro de la cooptación en un país en que con frecuencia se han dado cambios súbitos de conciencias y votos en favor del poder dominante.
Otro requerimiento es hacer de la convención un fenómeno en amplitud y profundidad local, regional, nacional e internacional. Recordar que el poder de la clase dominante se ejerce en todos los tiempos y espacios de lo nacional y global y con todo el peso del Estado. Un poder hegemónico sólo puede ser derrotado por un poder contrahegemónico.
Evitar el culto a la personalidad, que no significa desconocer un liderazgo. La autenticidad de una dirigencia se expresa en su capacidad para delegar, compartir, consultar y socializar decisiones. La experiencia del Gobierno del Distrito Federal señala que no se propiciaron procesos democráticos como el de presupuesto participativo ni la conformación de contrabalances ciudadanos. Si realmente se pretende refundar la vida política, habría que iniciar con la práctica del ejercicio democrático en todas sus formas y niveles desde la propia CND.
Es imprescindible que la convención busque la convergencia con las izquierdas y los movimientos sociales a partir del respeto a los caminos específicos que cada quien decida recorrer y de la coincidencia en un programa mínimo que pudiera incluir: la lucha firme contra la presidencia ilegítima de Felipe Calderón y contra la continuidad del modelo de mundialización capitalista neoliberal que ha ocasionado el actual desastre nacional; actuar en defensa de la soberanía popular y nacional sobre el patrimonio estratégico, territorial, cultural y de la planta productiva de la nación; lograr la libertad de todos los presos políticos y el fin de la impunidad para los genocidas y torturadores; cesar la criminalización y persecución de los luchadores sociales; poner en práctica los acuerdos de San Andrés y, en consecuencia, establecer un estado de autonomías que garantice el derecho a la libre determinación de los pueblos indígenas; mantener las conquistas sociales, laborales y democráticas que han sido logradas por la lucha de generaciones enteras de mexicanos.
La convención deberá prepararse para una resistencia difícil, riesgosa y prolongada. Los poderes fácticos, en especial los medios de comunicación, seguirán actuando sistemáticamente en contra del movimiento popular. Por ello, una de las principales tareas de la CND es la comunicación alternativa y la batalla de las ideas. Hay que elevar al máximo el costo político de la represión y la violencia del Estado. Evitar la intervención policial, militar y paramilitar en contra de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca. Considerar que cualquier agresión contra el pueblo oaxaqueño será considerada como un ataque a la convención nacional democrática.
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