"Rabina Gran Tagore": Sahagún
¿Se acuerdan de una de las vergonzozas y garrafales pifias que evidencían la sapiencia del señor ranchero que se dice Presidente de México y de su esposa?
En 2001, durante la apertura del II Congreso Internacional de la Lengua Española, sin la menor sospecha de yerro este hombre se refirió en su discurso al célebre escritor argentino Jorge Luis Borges como "José Luis Borgues" y para no quedarse atrás, en su mutuo y pedestre contubernio despreciativo hacia la cultura, la señora Martha hizo lo propio al manifestar su profunda ignorancia al tratar de corregir las incomprensibles y dislexicas asociaciones de letras que aludían al nombre del Nobel hindú Rabindranath Tagore como "Rabina Gran Tagore" en diciembre de 2005.
Pues bien, leyendo este libro* me encontré este pasaje de la vida del gran filósofo y poeta hindú Rabindranath Tagore y comparto con ustedes una reseña de su vida y obra.
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RABINDRANATH TAGORE
TAGORE es el primer poeta de la India. Poeta ante todo, su lírica tradicional está impregnada de un dulce misticismo panteísta, y su espíritu recoge el sentido de la belleza del Universo, su amor a la niñez, a la naturaleza y a la divinidad. Tagore es el intérprete del genio y de la cultura hindú ante el Occidente y su obra ha tenido una gran trascendencia espiritual. Esta noble y extraordinaria figura de la India ha ejercido un gran influjo moralizador.
Descendiente de una ilustre familia de príncipes, su vida es una admirable sucesión de actos nobles. Estudió en Inglaterra y se dedicó al periodismo. Funda una escuela en Bolepur, a la que llamó SANTINIKETAN (Morada de Paz), donde los alumnos llevaban una vida sencilla y frugal, y daba gran importancia a la educación de los muchachos.
Viajó por todo el mundo y se interesó por las reformas sociales de su país, pero no por la política.
En el año 1913 se le concedió el Premio Nobel; en 1915 la corona inglesa le otorgó un título de nobleza que cuatro años más tarde rechazó, por la forma inhumana con que los ingleses sofocaban las demostraciones de protesta en la India.
Como poeta dejó gran número de obras en las que revela su fino sentido de la belleza. Entre las principales destacan: Gitanjali, poemas que enaltecen la alegría de acercarse a Dios; Luna nueva y una colección de Cien Poemas , de Kabir, poeta del siglo xv, que recogió Tagore con extraordinario sentido literario.
Nadie mejor que Tagore para vivir la esencia de su poema, en Gitanjali: Mi vanidad de poeta muere de vergüenza ante ti, Señor, poeta mío. Aquí me tienes sentado a tus pies. Déjame sólo hacer recta mi vida y sencilla como una flauta de caña, para que tú la llenes de música.
Los últimos días de su vida los consagró a su escuela de Bolepur, que con el tiempo pasó a ser universidad, logrando gran prosperidad.
Su vida la dedicó a la predicación del dominio de las pasiones y a la reconciliación social.
PROSAS DE RABINDRANATH TAGORE
La prosa poética de Tagore constituye el alma misma del pueblo hindú. La espiritualidad de Tagore encierra su sensibilidad exquisita, su creación artística y su admirable mística.
MALA FAMA
No llores tú, hijo mío. ¡Qué malos deben ser esos que siempre te están regañando sin motivo! ¿Te han llamado sucio porque cuando estabas escribiendo te manchaste de tinta los dedos y la cara? ¿Y no les da vergüenza? Se atreverían a llamar sucia a la luna llena porque se ha tiznado la cara con tinta?
Hijo mío, por cualquier cosilla te culpan. Todo lo tuyo les parece mal. ¿Qué te rompiste tu ropita jugando? ¿Y por eso te llaman destrozón? ¿Y no les da vergüenza? ¿Pues qué dirían de la mañana de otoño cuando sonríe detrás de las nubes rajadas?
Pero no les hagas tú caso, hijo mío. ¡Qué bien contaditas te tienen tus faltas! Todo el mundo sabe lo goloso que eres. ¿Y por eso te llaman tragón? ¿Y no les da vergüenza? Entonces, ¿cómo nos llamarían a nosotros porque tú nos gustas tanto que te comeríamos a besos?
EL JUEZ
Di de él cuanto quieras, pero yo sé mejor que tú y que nadie las faltas de mi niño.
Yo no lo quiero porque es bueno, sino porque es mi hijo. ¿Y cómo has de saber tú el tesoro que él es, tú que tratas de pesar sus méritos con sus faltas? Cuando yo tengo que castigarlo, es más mío que nunca. Cuando lo hago llorar, mi corazón llora con él.
Sólo yo tengo el derecho de acusarlo y penarlo, porque solamente el que ama puede castigar.
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* Hernández Ruiz Santiago (ed.), Cultura y espíritu - Para grado superior, Fernández Editores, cuarta edición, México D.F, 1966, pp 115-118.
1 Comentarios:
A la Sahagún sólo le faltó reafirmar su ignorancia mencionando a Salma Rushdie, Lupe de Vega, Sara Mago, y por supuesto, Malena Kundera...
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