Kernel Panic!
De manera cordial debo manifestar que es meramente halagador que acudas a la genialidad incisiva jornalesca de un servidor y créeme, no es porque vivamos aquí en México, pero ahora ya firmemente creo la patraña que nos han alimentado por generaciones de que "como México no hay dos". Lo digo así porque nuestro país presenta una gran crisis política resultado de la incompetencia del poder y la sagacidad de un líder. Es un violento choque de trenes: por un lado la grotesca apariencia del poder económico y por otro la descomunal fuerza de un movimiento social creciente jamás registrado en América Latina.
La confusión y zozobra reinan en forma tal a que incluso han hecho escarnio entre nuestros intelectuales, académicos, científicos e investigadores (y cómo no a un simple mortal como tu o como yo). Los ha llevado a un punto tal que inconscientemente dicen y se desdicen, los hacen decir y los hacen desdecirse (caso concreto el de el Dr. Monsivais y el mesnada de intelectuales que firmaron un documento antifraude) y bien sabes tu que clase de desmadres llevan en la cabeza y engendran sus mentes. Por supuesto, la clase política no es la excepción.
Hace unos días publiqué en este espacio un impulsivo razonamiento acerca de la resolución que tomaron y --¡OH Dios! me harán desdecirme en parte—los H. Magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) del cual debo rescatar lo siguiente:
Es evidentemente claro y pone fuera de toda duda que a los beneméritos Magistrados al haber resuelto (en el estricto sentido de que poseen la absoluta razón... legal por supuesto, que le otorga la Constitución) el conteo parcial de las casillas electorales les haya importado poco el malestar social, la estabilidad social y política y por si fuera poco la posible insurrección civil en diversos puntos del país que en la ciudad ignoramos y por tanto pareciera que no existen.
A lo cual agregaría que existieron errores monumentales que propiciaron una telaraña en la que todos estamos atrapados:
los magistrados cuidaron mucho las formas pero descuidaron espantosamente la esencia,
los abogados de la coalición no elaboraron bien las solicitudes de impugnación
no es fácil elaborar 130,000. solicitudes formales y sustentarlas, se necesita un ejército de abogados para tenerlas listas en 4 días aunque la coalición hizo su parte lo mejor que pudo
la presión política
la presión social
la presión oligárquica
los impolutos medios de comunicación (principalmente electrónicos)
el propio prestigio de los magistrados (digan lo que digan, los magistrados no son de piedra)
Ahora bien, para llegar al punto donde estamos ahora considera estos posibles escenarios:
Se computa voto por voto, casilla por casilla. Esta resolución lejos de resolver el problema lo agravaría, ¿por qué? A mi parecer los próceres de la legalidad y la democracia, en un arrebato de ira, condenarían al TEPJF por haber violado las leyes de impugnación y acudirían al amigo fiel y comprensivo Mariano Azuela, que utilizaría todo el aparato de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para desconocer el fallo del TEPJF.
Se ratifica a Felipe Calderón. Esto hubiese sido lo mas monstruoso. No solo sería cómplice del atraco, sino que desataría un verdadero caos social, por una lado, Andrés Manuel López Obrador (AMLO)como líder perdería fuerza y control sobre la situación, sino que al robarle el triunfo llevaría a su sector todavía controlable a escenarios mas radicales y retadores a la autoridad.
Se ordena un conteo parcial. Es precisamente el escenario en donde estamos. Puede parecer ambivalente, por un lado no se le cumplió el capricho a AMLO pero deja un rayito de esperanza en la posible sanción a la atrocidad cometida por el Instituto Federal Electoral.
Probablemente sea temerario en afirmarlo, pero si no se resuelve esto de manera inteligente, si habrá algún conflicto grave. En caso de que la diferencia de votos se reduzca, el TEPJF tendrá la facultad de ordenar recuentos adicionales y por tanto, los derechosos, ante el inminente descubrimiento de su fraude, como ultimo recurso intentaran la nulidad de la elección. Quizá lo mas sensato sea a final de cuentas -una vez descubierto el fraude- el conteo voto por voto.
Como pregunta adicional considera esto: ¿AMLO bajo presión? En efecto, López Obrador está increíblemente presionado aún mas que el señor ese grandote de bigotito, que pillo Calderón (sin la Fe), que el remedo de leididi a la mexicana (la de los hijos bribones) que los bárbaros yunketos (cortesía de http://www.dinero.tv) y de un puñado de hombres de negocios que viven al amparo del poder público. ¿Por qué? ¿Recuerdas lo que le pasó a Mussolini? ¿El horror que sintió Hittler al saber que su colega había sido castigado por la muchedumbre? Me quedo corto de palabras al intentar describir los pensamientos de un caudillo (porque nos guste o no, AMLO se ha o lo hemos convertido en eso). El mismo lo ha dicho: “hasta donde la gente quiera”.
Bien se dice que López Obrador echó a andar la lucha de clases: los conservadores y los liberales, los neoliberales y los populistas, los de arriba y los de abajo, los nacos y los pirrurris, los indios y los criollos, los ricos y los pobres. Pero no es que eso se le haya “ocurrido” a AMLO, sino que eso ya estaba ahí, solo lo desnudó y lo usó porque es políticamente rentable. Si estuvo bien, probablemente, pero si creemos que estuvo mal puedo asegurar que no.
La demagogia ha sido política de estado desde tiempos lejanos; tu me comentaste alguna ves que las políticas asistencialistas no son lo óptimo para mitigar la pobreza (eso me suena a la frase feliposa de que la gente no quiere limosnas sino empleo), pero las políticas de combate a la misma lejos de arrojar alguna luz para la erradicación del mal social han sido filantrópicas, altruistas parecidas -si es que no iguales- a las del Teletón, donde las necesidades y carencias de la gente humilde son usadas para la autoadulación y enaltecimiento de los impulsores, dejando entrever que los pobres son parásitos porque quieren y no por la verdadera falta de oportunidades. Sólo vasta analizar cuidadosamente el odio de clase que la supuesta “clase superior” tiene para todos nosotros. Haz este simple ejercicio que no te llevará mas de 5 minutos: en alguna telenovela del canal de las estrellas analiza la conversación o un diálogo entre dos actores, uno de clase baja y otro de clase alta y verás la atronadora violencia con las que son delineadas y marcadas las diferencias.
Por último, regresando un poco al comportamiento reciente de Andrés Manuel, mucho se ha comentado sobre los derechos de los terceros que han sido afectados por el bloqueo, pero volvemos a lo mismo: ¿recuerdas un buen día que te explique que hace mas o menos unos 15 años había surgido una nueva clase social? La de los microbuseros, ambulantes, asalariados y personas indiferentes hacia la vida pública a quienes los gobiernos priistas a través de sus padres les inculcaron la idea de que si no te partes la madre trabajando no tienes derecho a vivir? Me vuelvo a auto-citar. En el artículo anterior dije que aquí era donde se dejaba notoriamente a la intemperie el interés público y el interés privado. ¿Adivina que interés de clase –junto con los adversarios- es el que se está viendo afectado y lo manifiesta con sonoros claxonazos que aluden a una jocosa frase pentasílaba? Estamos ante un conflicto de intereses, disfrazado de derecho (a transitar libremente, bando 13, etc.).
Pues bien, espero que os halla iluminado, caso contrario hacédmelo saber y responderé a la medida de mis facultades y si te latió, difúndelo entre tus amistades.
La confusión y zozobra reinan en forma tal a que incluso han hecho escarnio entre nuestros intelectuales, académicos, científicos e investigadores (y cómo no a un simple mortal como tu o como yo). Los ha llevado a un punto tal que inconscientemente dicen y se desdicen, los hacen decir y los hacen desdecirse (caso concreto el de el Dr. Monsivais y el mesnada de intelectuales que firmaron un documento antifraude) y bien sabes tu que clase de desmadres llevan en la cabeza y engendran sus mentes. Por supuesto, la clase política no es la excepción.
Hace unos días publiqué en este espacio un impulsivo razonamiento acerca de la resolución que tomaron y --¡OH Dios! me harán desdecirme en parte—los H. Magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) del cual debo rescatar lo siguiente:
Es evidentemente claro y pone fuera de toda duda que a los beneméritos Magistrados al haber resuelto (en el estricto sentido de que poseen la absoluta razón... legal por supuesto, que le otorga la Constitución) el conteo parcial de las casillas electorales les haya importado poco el malestar social, la estabilidad social y política y por si fuera poco la posible insurrección civil en diversos puntos del país que en la ciudad ignoramos y por tanto pareciera que no existen.
A lo cual agregaría que existieron errores monumentales que propiciaron una telaraña en la que todos estamos atrapados:
no es fácil elaborar 130,000. solicitudes formales y sustentarlas, se necesita un ejército de abogados para tenerlas listas en 4 días aunque la coalición hizo su parte lo mejor que pudo
Ahora bien, para llegar al punto donde estamos ahora considera estos posibles escenarios:
Probablemente sea temerario en afirmarlo, pero si no se resuelve esto de manera inteligente, si habrá algún conflicto grave. En caso de que la diferencia de votos se reduzca, el TEPJF tendrá la facultad de ordenar recuentos adicionales y por tanto, los derechosos, ante el inminente descubrimiento de su fraude, como ultimo recurso intentaran la nulidad de la elección. Quizá lo mas sensato sea a final de cuentas -una vez descubierto el fraude- el conteo voto por voto.
Como pregunta adicional considera esto: ¿AMLO bajo presión? En efecto, López Obrador está increíblemente presionado aún mas que el señor ese grandote de bigotito, que pillo Calderón (sin la Fe), que el remedo de leididi a la mexicana (la de los hijos bribones) que los bárbaros yunketos (cortesía de http://www.dinero.tv) y de un puñado de hombres de negocios que viven al amparo del poder público. ¿Por qué? ¿Recuerdas lo que le pasó a Mussolini? ¿El horror que sintió Hittler al saber que su colega había sido castigado por la muchedumbre? Me quedo corto de palabras al intentar describir los pensamientos de un caudillo (porque nos guste o no, AMLO se ha o lo hemos convertido en eso). El mismo lo ha dicho: “hasta donde la gente quiera”.
Bien se dice que López Obrador echó a andar la lucha de clases: los conservadores y los liberales, los neoliberales y los populistas, los de arriba y los de abajo, los nacos y los pirrurris, los indios y los criollos, los ricos y los pobres. Pero no es que eso se le haya “ocurrido” a AMLO, sino que eso ya estaba ahí, solo lo desnudó y lo usó porque es políticamente rentable. Si estuvo bien, probablemente, pero si creemos que estuvo mal puedo asegurar que no.
La demagogia ha sido política de estado desde tiempos lejanos; tu me comentaste alguna ves que las políticas asistencialistas no son lo óptimo para mitigar la pobreza (eso me suena a la frase feliposa de que la gente no quiere limosnas sino empleo), pero las políticas de combate a la misma lejos de arrojar alguna luz para la erradicación del mal social han sido filantrópicas, altruistas parecidas -si es que no iguales- a las del Teletón, donde las necesidades y carencias de la gente humilde son usadas para la autoadulación y enaltecimiento de los impulsores, dejando entrever que los pobres son parásitos porque quieren y no por la verdadera falta de oportunidades. Sólo vasta analizar cuidadosamente el odio de clase que la supuesta “clase superior” tiene para todos nosotros. Haz este simple ejercicio que no te llevará mas de 5 minutos: en alguna telenovela del canal de las estrellas analiza la conversación o un diálogo entre dos actores, uno de clase baja y otro de clase alta y verás la atronadora violencia con las que son delineadas y marcadas las diferencias.
Por último, regresando un poco al comportamiento reciente de Andrés Manuel, mucho se ha comentado sobre los derechos de los terceros que han sido afectados por el bloqueo, pero volvemos a lo mismo: ¿recuerdas un buen día que te explique que hace mas o menos unos 15 años había surgido una nueva clase social? La de los microbuseros, ambulantes, asalariados y personas indiferentes hacia la vida pública a quienes los gobiernos priistas a través de sus padres les inculcaron la idea de que si no te partes la madre trabajando no tienes derecho a vivir? Me vuelvo a auto-citar. En el artículo anterior dije que aquí era donde se dejaba notoriamente a la intemperie el interés público y el interés privado. ¿Adivina que interés de clase –junto con los adversarios- es el que se está viendo afectado y lo manifiesta con sonoros claxonazos que aluden a una jocosa frase pentasílaba? Estamos ante un conflicto de intereses, disfrazado de derecho (a transitar libremente, bando 13, etc.).
Pues bien, espero que os halla iluminado, caso contrario hacédmelo saber y responderé a la medida de mis facultades y si te latió, difúndelo entre tus amistades.
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