Sobre filosofía y ciencia....

El Irracionalismo

El irracionalismo filosófico había formado una corriente persistente en el pensamiento filosófico europeo a lo largo del siglo XIX. El Irracionalismo había sido marginal, habia atraído a un numero elevado de artistas e intelectuales más que de investigadores y científicos.

Los detractores de esta corriente la calificaban como "rebelión contra la razón". Sus escritos estaban repletos de contenidos y razonamientos como "la vida controla la razón, no la razón a la vida"; "que los grandes acontecimientos históricos habían sido generados no por la inteligencia humana, sino por la voluntad heróica".

Los creadores de este tipo de pensamiento filosófico en el siglo XIX fueron Schopenhauer y Nietzche de quienes hablaré en otra ocación.

Sin embargo había una variante particular de este pensamiento: en la creencia de que la ciencia podria contribuir de una forma válida e inatcable de la verdad. Particularmente esta forma de pensamiento se relacionaba como una respuesta y critica directa al darwinismo. Henri Bergson era el principal impulsor y defensor de esta teoría; se proponía de una manera firme y sistemática disolver la razón mediante la razón, además de establecer una inteligente y tenaz critica de que las pretensiones del pensamiento científico pudiese ser fuente de la verdad.

He aquí la biografía de Henri Bergson:

Hijo de madre inglesa y padre judío polaco exiliado, fue discípulo de Ollé-Laprune y de Boutroux en la Escuela Normal Superior de París, en la que posteriormente fue profesor de 1897 a 1900. Estudió también en la Universidad de París. Desde 1900 fue catedrático de filosofía occidental en el Collège de France, donde enseñó hasta 1921, año en que se retiró de la enseñanza.

En 1927 fue galardonado con el premio Nobel de Literatura por la calidad y elegancia literaria de sus escritos.

Bergson, heredero de un pensamiento romántico, propugna, sobre todo, la acción. Refleja por tanto cierta impaciencia sobre el cauteloso y desapasionado ejercicio de la razón de los científicos y los filósofos.

Ataca la principal cualidad de ambos, su afán de precisión.

En vez de las formas rígidas que imponen la razón a la imagen del mundo, Bergson apuesta por la realidad del flujo vivaz de las experiencias.

Al contrario que F.H. Bradley que quería encontrar la verdad, Bergson directamente ataca a la lógica misma como una influencia nefasta que hay que vencer. Esto le hace entrar en la categoría de irracionalista.

Rechaza además la teoría de la evolución, ya que su fuerte sostén racionalista no permite que surja espontáneamente nada enteramente nuevo. Este es un ejemplo de rechazo radical a todo lo que frene un entusiasmo vital.

Esta doctrina se expone en su obra "La evolución creadora". En donde apuesta por una evolución "artística" donde los cambios evolutivos de la naturaleza se hagan por impulsos creadores, a la manera de un artista que quiera fabricar características nuevas inexistentes. Negando la lenta y gris evolución cientifista presentada por Darwin.

Del hombre, considera que ha llegado a una etapa donde el intelecto ha sobrepasado al instinto. Esto para el es una desgracia ya que al eliminarse su instinto se elimina también su libertad vital.

Para él, la forma más elevada de instinto es la intuición que es una especie de actividad mental que le proporciona una verdad directamente acorde con el mundo.

Allí donde el intelecto deforma la realidad, la intuición capta la experiencia tal y como es.