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Un espacio para la reflexión: "Los límites del lenguaje de una persona son los límites de su mundo..."

martes, agosto 29, 2006

Malditas drogas...

Detrás de la Noticia

Ricardo Rocha 28 de agosto de 2006

¿Y si se juntan?

Sé que puede parecer un sueño guajiro. Pero en los días recientes he intentado dilucidar una idea, una propuesta que pudiera enviar una señal luminosa a este país de oscuridad, incertidumbre y al borde del abismo. No se me ocurre otra cosa que se juntaran. Por supuesto, me refiero a una reunión entre (por orden alfabético) Felipe Calderón y López Obrador. A ver -imagínense a ambos-: recibidos en territorio neutral por el rector Juan Ramón de la Fuente en la UNAM, o por José Luis Soberanes en la CNDH. En cualquier caso, un anfitrión amable que se limitaría a ofrecerles un recinto confortable para platicar. El tiempo que sea necesario. Solos. Absolutamente solos. Temas no les han de faltar. Inteligencia tampoco, lo mismo que la buena fe.

Estoy seguro que ambos tienen una clara coincidencia de los enormes riesgos a que se enfrenta la nación luego de una competencia electoral tan discutida y con una desastrosa intervención del presidente Fox. Quien ha perjudicado por igual a uno persiguiéndolo y al otro marcándolo con la sospecha. Pero hasta ahí. Me parece que una gran mayoría de los mexicanos estamos hartos del análisis. Sobre todo si, como las más de las veces, viene acompañado de la diatriba, el encono, la descalificación personal, la burla y hasta la calumnia dirigidas a cualquiera de estos dos personajes. Quiero suponer que ellos también están saturados.

Igual estoy seguro que ambos tienen la suficiente honestidad intelectual y bonhomía para estar ciertos de que tienen razón. Quiero suponer que Calderón cree firmemente que obtuvo más votos el 2 de julio. Y que AMLO está plenamente convencido de que ganó la elección. No me imagino a Felipe apoderándose de la Presidencia a sabiendas de que hubo fraude. Ni a AMLO llegando a donde ha llegado consciente de que perdió.

Conozco a los dos. A Felipe desde que aspiraba a dirigir el PAN y le pregunté a un chavo por la oficina de Calderón y me dijo que era él mismo. Desde entonces se ha dado una amistad sincera y desinteresada. Él tiene una visión del país que no comparto del todo, pero muy respetable. Que a veces hemos dirimido entre risas y una que otra canción. Incluso fue mi colaborador en radio cuando se fue a su exilio político en Harvard. Hacía una sección francamente buena: "México visto desde fuera". A AMLO lo entrevisté por vez primera -las vueltas que da la vida- en su campamento de la selva, cuando lo señalaban como "incendiador de pozos petroleros", en Tabasco. Desde entonces se dio una empatía entrañable. Me identifica con él su causa por los pobres. Ni modo, sólo dos datos marcan mi existencia: nací en Tepito y entré a la Universidad en el 68. Lo considero un líder social auténtico y formidable.

Alguna vez logré juntarlos, cuando coincidieron en la presidencia del PAN y el PRD y estaban muy confrontados. Ahora les rogaría que lo hicieran de motu proprio.

Quiero ser extremadamente cuidadoso para no señalar por ahora en qué grado cada uno de ellos es responsable de la tormenta que viene. Pero en todo caso es una responsabilidad compartida por ambos. Los dos son suficientemente inteligentes para saber que la nación entera está amenazada por la ingobernabilidad. Oaxaca es un aviso a escala.

Pero confío en que aun en este clima de confrontación y hostilidad afloren la sensatez y los valores humanos de estos dos personajes claves en este momento histórico. Ellos saben de lo que hay que hablar: la legalidad y la credibilidad de la elección; la exacerbación en todo el país; los territorios comanches de uno y de otro; pero sobre todo de la posibilidad de evitar el desastre. Pienso por ejemplo que AMLO podría comprometerse a levantar los campamentos de Reforma y a apaciguar a los suyos para el 1, el 15 y el 16. Y Felipe a que ambos pidieran respetuosamente al TEPJF el recuento ya no del total de las 130 mil casillas demandadas, sino de las 40 mil oficialmente impugnadas, considerando que 11 mil 839 ya se contaron. Y que los dos se comprometan a respetar el resultado. Pero es sólo una idea. Ambos las tendrán mejores. Lo cierto es que en esta hora el país requiere de patriotismo y ellos pueden actuar como patriotas.

ddn_rocha@hotmail.com

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